sábado, 22 de diciembre de 2007

Flores y Migas


Un sentimiento de desconcierto me embargó el pasado lunes 17 de diciembre, fecha en la que se conmemora la muerte del Libertador Simón Bolívar. Me encontraba en la plaza Bolívar de Barcelona, en mitad del acto protocolar que preparan tradicionalmente autoridades de la entidad, sentada al final de la fila de personalidades que asistieron a la actividad, cuando me percaté de la presencia de una familia que “desentonaba”, si así se puede decir, con el rígido y casi pulcro panorama de ese mediodía.
La mujer sentada en una de las bancas de la plaza comía restos de lo que me pareció pan endurecido, junto a dos pequeños que supuse eran sus hijos, uno de aproximadamente 3 años de edad y el otro que rondaba los 6. Todos tenían esa piel característica de la pobreza, esa piel que se ve envejecida por el sol, curtida de los meses sin recibir baños de estopa, como moteada por el polvo que levantan los carros. Los pequeños, imagino que atestados de lombrices, cargaban con sendas barrigotas y un hilo de moco espeso que ya parecía más bien una característica común de su fisonomía.
La mujer, con no más de 40 años de vida, mantuvo tan alerta como triste su mirada hacia los uniformes y acicalados trajes civiles que se encontraban en el lugar, cómo a la espera de la evidente ayuda que requería pero que no sé porqué razón no se atrevió a manifestar, tal vez ya agotada o rabiosa de hacerlo.
Un poco incrédula a la mendicidad de mujeres que en similares condiciones pasan toda su existencia, noté que no estaba fingiendo, que su mirada de aflicción era la misma que dirigía para cazar la limosna como para conversar con su compañera de miseria, la pobre alcohólica que se pasea desde hace meses todo el centro de la ciudad peleando con los transeúntes sin motivo aparente.
Pero el sentimiento que me embargó no tenía que ver únicamente con la dicotomía social que pude observar, sino con la equivocada, separada y triste exhibición de lo que practicamos como deberes ciudadanos y deberes de humanidad; pues mientras nos enorgullecíamos de ser patriotas, seres de bien e inteligentes, comprometidos con el mensaje de hermandad y libertad que dio Simón, al mismo tiempo volteábamos el rostro para taparnos del hedor y la mirada abatida de esa mujer que muy probablemente no había desayunado más que esas migas de pan viejo.
Entre tanto, la estatua del padre de la patria, que no era posible advertir por los que nos encontrábamos debajo del toldo, era rodeada de coronas de flores, 16 en total, por grupos de estas personas vestidas de colores y muy costosamente perfumadas. Fue cuando pensé que en lugar de estas flores que sólo servirán para marchitarse a la intemperie y en el tiempo de una semana, mayor y mejor homenaje se daría a Bolívar, si frente a su efigie se levantara un banquete que aliviara la angustia de esa familia, el rostro amargo de esos inocentes pequeños.
¿Pero quien soy yo para acusar a esta altura normas de protocolo, para sentenciar actos tan ancestrales como estos que rememoran “dignamente” muertes o nacimientos? ¿Cómo se me ocurrió imaginar que era mejor callar a la Banda Marcial con su aburrido repertorio de himnos, para poner a los niños de las escuelas invitadas a cantar a todo pulmón y desafino el “Himno de Las Américas”? ¿Cómo se me ocurrió imaginar que un cheque millonario girado a las floristerías ese lunes, podría resolver la subsistencia de una familia por lo menos durante los próximos seis meses? ¿Cómo supuse quebrar el patriotismo cívico militar que se publica como fotocopia todos los años en los periódicos para difundir que a nadie se le olvidó el día en qué murió el prócer mas importante de la historia de Venezuela? Pero es que, ¿Cómo fue qué de imprevisto recordé algunos de estos pensamientos bolivarianos?

“Corramos a romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen; no burléis su confianza; no seáis insensibles a los lamentos de vuestros hermanos. Id veloces a vengar al muerto, a dar la vida por el moribundo, soltura al oprimido y libertad a todos”.

“Creo más en el honor que en las pasiones”.

“Es un gran consuelo para un desesperado ver un rayo de luz y esperanza”.

“Hacer bien no cuesta nada y vale mucho”.

“Jamás se muere el hombre de la necesidad. Jamás falta un amigo compasivo que nos socorra, y el socorro de un amigo no puede ser nunca vergonzoso”.

“La gloria esta en ser grande y ser útil”.

“La pobreza conserva la virtud, que es lo más estimable del mundo”.

..."elevar el monumento consagrado a nuestra reconciliación, a la tregua y al derecho común de los hombres. Bien merecía este monumento ser tallado sobre una mole de diamantes y esmaltado de jacintos y rubíes; pero construido en nuestros corazones”...

Simón Bolívar.


domingo, 16 de diciembre de 2007

Click para ellos

“Dígame diputado, que decisión se tomó en esta sesión extraordinaria?”….click.
“Señor, qué edad tenía su hijo?”…
click.
“Cuantos paquetes de azúcar y harina fueron decomisados?” …
click.
“Cuántas disciplinas competirán en estos Juegos Nacionales Los Andes?”…
click.
“La Cámara Inmobiliaria congelará los precios de alquiler?”…
click.
“El Teatro Cajigal abrirá sus puertas para el Festival de Danza?”…clic.
“Porqué han cerrado la carretera nacional a Oriente, el motivo de la protesta es?”…
click.
“Cuando asesinó al señor Gutiérrez, él lo provocó, fue por venganza?”…
click.
“La pornografía infantil es un delito, lo acusan de pedófilo, es eso cierto?”…
click.
“Cuántos rehenes hay dentro del retén de Puente Ayala?”…click.
“Cómo se han mantenidos las ventas de alimentos en el mercado este mes de diciembre?”…
click.
“Qué le parece el estado Anzoátegui, como destino turístico?”…
click.
“Desde muy pequeño mostró inclinación por el arte?”… click.
“Desde cuando tienen el problema de inundación y desborde de alcantarillas”…
click.
“Alcalde cuando firmará el decreto que prohíbe la permanencia de buhoneros”…
click.

Estas fueron algunas de las interrogantes que tuvieron como música de fondo los click de mis compañeros de faena, los reporteros gráficos que hicieron más fácil mi experiencia por los medios de comunicación de esta región oriental. Gente que me brindó su calidez y calidad profesional, para hacer los mejores (o al menos esa era la intención) reportajes del día, los que abrían periódico al menos 4 veces a la semana (cierto señor Leandro), los que se ganaban desde la página web los comentarios de lectores, los que me hacían feliz cuando echaba la ojeada de corrección final, porque me sentía satisfecha, contenta de haber cumplido el objetivo: un muy buen producto para editar.
A veces la prisa del llamado diarismo frustraba nuestra intención de alcanzar la excelencia, pero vaya que nos esforzábamos. Hablo en plural, pues siempre lo he dicho y lo sostendré hasta que pierda la memoria, los fotógrafos son el pilar de los periodistas. Tiene que haber una fusión de ambos talentos, de ellos también depende (creo que en un 50 por ciento de responsabilidad) que el trabajo final cautive al lector. Si la gráfica no está a la par con el texto, si no lo representa, todo el trabajo de sondeo e investigación, lastimosamente se pierde. La gráfica es el gancho, es la primera impresión, si resulta atractiva o interesante a la vista del que pasa la página, tienes ganada la mirada al texto, a lo que se escribió, al relato de lo que conseguimos pateando las calles, las ciudades, sacándole gestos y palabras a las gentes, con ganas de hacerlo bien.
Este es un homenaje escrito que he querido hacer a todos mis compañeros y posteriormente, amigos fotógrafos, que aportaron conocimiento y confianza a mi carrera, me quito el sombrero por el trabajo que han hecho también a favor del colectivo anzoateguiense, por el regalo que dan aún a través de sus obras de arte. Click para ellos, click para ustedes mis amigos Ángel Varga; Leandro Valdez, Juan Carlos y Augusto Hernández, José Luis Rodríguez, Jesús Tauche, José Manuel Abreu; Miguel Tauil; William Salgado; Nilo Jiménez y Giorgianni Goitía.

P.D.1: Esto no es casualidad, hace poco soñé con ustedes, en un Aeropuerto...¿?...=S
P.D.2: Con esto quiero celebrar también que el pasado 12 de diciembre, cumplí nueve años de graduada en Comunicación Social.

P.D.3: Actualmente tengo el honor de trabajar con el aguzado lente de Martha Cobo, Bernabé Rodríguez y Johan González.

P.D.4: Me costó un mundo conseguir fotografías de mis amigos reporteros que menciono en el post, afortunadamente porque la mayoría está trabajando fuertemente en lo que mejor sabe hacer. Mi intención es hacer una especie de galería, que iré ampliando a medida que vaya recibiendo parte de sus trabajos.



lunes, 10 de diciembre de 2007

Tiempos

Pasado… Nube gris que me persiguió y oscureció mi vida, como castigo por haber retado la grandeza de Dios, por haber fallado, por no haber amado con el alma, por haber callado, por haber marchitado, por haberme rendido antes de perder, por dejarme invadir, por dejarme escalar, por olvidar, por no dar, por desistir, por apática, por triste, por incolora, por desabrida, por ingrata, inamovilidad, decepción, depresión.

Presente… Nube gris que me persigue y nublas mis días, como castigo por haber desafiado la bondad de Dios, por haber errado, por haber desconfiado, por haber hablado de más, por egoísta, por vanidosa, por dejarme deslumbrar, por dejarme acometer, por desesperar, por abrumar, por anhelar, por imaginar, por crédula, por ilusa, por simple, por disipada, por nómada, por descontrol, impaciencia, delirio, obsesión.

Futuro… Nube blanca que persigo y esclarecerá mi alma, porque amo a Dios, por que lo merezco, porque soy bondad, porque soy amor, por que soy semejanza, por que lo deseo, porque es mi destino, porque lo decreto, por verdad, por voluntad, por meta, por opción, por crecer, por ser, por sonreir, por nueva ilusión, por cambiar, por reinar, dicha, prosperidad, emoción.