Voz: Aló!
Manikita: Buenos días, hablo con el señor Ramírez?
Voz: Ajá, quien habla?
Manikita: Le habla Iliana Contreras, llamo por el aviso en la prensa, es que mi secadora tiene un desperfecto y necesito que venga a revisarla.
Voz: Ajá, peroooo y más o menos como suena?
Mi cara de ponche número 1:
Manikita: Ummmmmmmm? Será algo más o menos así como tucutucutucu!
Voz: Aaaaaaaah, eso debe ser la goma, hay que cambiársela.
Mi cara de ponche número 2:
Manikita: Ya! y será mañana que usted puede venir a confirmar si es la goma?
Voz: Nooooooo! Mija mañana es día de fiesta, es 12 de octubre!
Manikita: Aaaah ok, es que me confundí, pensé que trabajaba por su cuenta, que empresa es esa?
Voz: No, esto no es ninguna empresa, mi nombre es José Ramírez, yo soy técnico de electrodomésticos.
Manikita: Está muy bien señor Ramírez, pero entonces lo espero el sábado?
Voz: Cónchale! Pero será después del mediodía, porque yo los fines de semana duermo hasta tarde.
Mi cara de ponche número 3:
Manikita: Entonces lo llamo después del mediodía, está bien?
Voz: Ajá, ok.
Manikita: Bueno, gracias, hasta el sábado entonces.
Sábado. Dos intentos de llamada, hasta el cuarto repique.
Voz: Aló!
Manikita: Señor Ramírez?
Voz: Ajá que pasó?
Manikita: Le habla Iliana Contreras, se acuerda? Me dijo que lo llamara hoy para venir a revisar la secadora.
Voz: Ajá y qué fue lo que me dijo que tiene?
Mi cara de ponche número 4:
Manikita: Usted me dijo que puede ser una goma que tiene que reemplazar.
Voz: Aaaah ok, ya va… (50 años después, era posguerra nuclear y Manikita sobreviviente en bastón, aún al teléfono) …Ajá! Sigue ahí?
Manikita: Sí señor Ramírez, le dicto la dirección de mi casa.
Voz: No mija, no voy a poder hoy, es que me acaba de llegar el compadre de Valle Guanape pa ir a la playa. Mejor me llamas entre semana que esté desocupado, de lunes a viernes, pero que no sea mediodía.
Manikita: Ajá! Claro! cuente con mi llamada, pero por casualidad usted no saldrá este lunes de vacaciones?
Voz: No, no, no, de vacaciones? Eso un lujo que se dan muy pocos en este país, yo no puedo dejar de trabajar porque sino no como.
Manikita: Mi cara de ponche número 6:
Definitivamente, esto de la promesa del florecimiento de la clase trabajadora en Venezuela es una utopía. Tendrían que comernos y parirnos nuevamente. Porque es que somos perezosos y de paso, los más envidiosos de toda Latinoamérica, porque eso sí, fiscalizamos que el portugués ya tenga una casa de dos pisos, que el árabe se haya comprado una camionetota último modelo y que el chino, haya abierto dos nuevos negocios este año, pero no contabilizamos las veces que hemos madrugado para rendir el día de faena, o las veces que hemos sacrificado un día feriado para achicar la montaña de trabajo o las veces que hemos laborado horas extras sin refunfuñar toda la semana por tal “explotación”. Tendrían que cambiarnos por una legión de extranjeros o aislar a los que vayan naciendo en un cuarto para resetear la historia cultural y moral.
Después de esto, no me caben dudas de que tenemos un país muy rico, tan rico que existe gente como el pana Ramírez, quien tiene enormes oportunidades de vivir sin preocupaciones financieras, con fines de semanas de relax y la capacidad sobrehumana de detectar cualquier desperfecto vía telefónica. Aaaaaaaaaaah! Y de paso hacer brotar las cualidades que me llevarán al estrellato en Hollywood.