miércoles, 19 de marzo de 2008

Cuentos de Carrasco: Crímenes de Carnaval


La Paraulata era del grupo de mujeres de la casa amarilla, conocida por los del sector y referida a los extraños como el Burdel de Nancy. Allí residían y trabajaban doce personas, entre chicas y travestis, todas jóvenes y la mayoría provincianas que huyeron de pueblos donde crecieron carentes de afecto y monedas. Llegaron por cosas del destino a casa de la vieja Ramona, el que era su nombre real, quien las adoptó a cambio de que comercializaran sus atributos para poder comer completo y mantener al menos el televisor prendido para la novela del mediodía y los seis ventiladores que emitían más ruido que aire pero que simulaban refrescar las infernales tardes. A veces alcanzaba para que Jacinto, el murió disecado años después, reparara las tablas de las camas rotas por tantas noches de faena.
Carrasco decía que quienes pasaran por la acera de enfrente, escuchaban a toda hora carcajadas y cantos, por lo que se especulaba era un hogar feliz y blindado, porque además, entre todas se protegían de la maldad del mundo.
Una vez como si se tratara de un enjambre de abejas al panal, las doce más algunas vecinas intrépidas, rodearon de manotones y gritos a un forastero con raras y aberradas costumbres. El desventurado propuso a una de las mujeres del burdel, la idea de hacerlo con ayuda de un batidor, que nunca se supo de dónde sacó pero con el cual aseguraba había complacido a más de una decena de amantes de diferentes partes del país. Y sin condón dijo el muy desgraciado, repicó Lucia luego del incidente que dejó al foráneo tirado a mitad de la calle, desnudo y rayado cual cebra a causa de la avalancha de rasguños.
Pero la casa amarilla era sólo una de las tantas casas de citas que se abrieron “clandestinamente” en las dos cuadras completas que había que cruzar en el barrio para llegar a la residencia donde vivían los Carrascos. Antonio, el menor de esta familia se reunía junto a su hermano y todos los muchachos de la residencia en el patio, cada carnaval para jugar a la guerra de agua. A la suerte, se asignaba un centinela, era el que debía vigilar desde la entrada a un grupo que asaltaba el edificio entre las 2 y 5 de la tarde para atacar de una manera muy particular a todo el que se atravesara en su camino, por supuesto, en ese horario no asistía un alma en derredor que conociera la tradición. La Paraulata era una de las cabecillas de esta especie de banda temida por todos los vecinos.
Ahí vienen las puuuuutaaaas!! Era el grito de alerta del pequeño Gonzalo, asmático y quien siempre debía asumir el papel de avizor, tras la ronda de monedas lanzadas a la suerte.
Y se trataba nada menos que de la llegada de las damas de la casa amarilla, quienes con abrillantados y exagerados disfraces coloreaban el patio y los pasillos de la residencia, cargando a cuesta bombas repletas no sólo de agua, eran provistas de orine, talco, huevos podridos, harina de trigo, pintura, excrementos de animales y cualquier otra sustancia que arruinara el traje y el humor del inoportuno transeúnte. No había respeto, consideración o absolución para nadie al momento de atinar el nauseabundo cargamento contra alguna desprevenida o incluso cauta víctima. Bastaba asomar la cabeza.
Las putas fueron las únicas que retaron los conjuros de la negra Miranda, quien una vez según lo recuerda claramente Toño, llegó a casa maloliente y manifestando una retahíla de improperios que parecían más bien fragmentos de una maldición. Pero ni ella, ni el sacerdote, ni el médico, ni el retrasado mental de Pablo, es que ni Lorenzo, el loro de los Parras y ni la hicotea de los González, se salvaron. Eran realmente unas criminales.
Eran tan desalmadas que una vez arruinaron el vestido de novia de la flaca Mónica, una joven del tercer piso quien venía de la iglesia acompañada por la familia para celebrar su boda, cuando la Paraulata y las otras dieron su más estridente e inolvidable grito de carnaval.
Del lado de afuera el hermoso y bondadoso Alicate, robaba los reproductores y cauchos de algunos vehículos estacionados por los invitados a la fiesta del desgraciado matrimonio.


Serie Cuentos de Carrasco
Toño Carrasco es un hombre que tuvo una niñez y una pubertad feliz, vivió en una enorme vecindad donde todos sus habitantes compartían como una gran familia. Asegura que vivió su propio Macondo, con situaciones y personajes tan reales y mágicos como los descritos con todo respeto y distancia por el maestro Gabriel García Márquez. Los relatos de Carrasco que escucho con gustosa atención, que me divierten por horas y que estoy segura, le complace rememorar, son como la canción "Sasha, Sissí y el círculo de baba" de Fito Páez, como las melodías de Fiona Apple, como el escaparate de la casa de mi madre, como las letras de la "Cándida Eréndira y su Abuela Desalmada", se perciben sepia, huelen a lluvia, avena y polvo.

10 comentarios:

Birrilly dijo...

Holaaaaaaaa amiguita, saludos y las bendiciones a la niña princesa, sabes que tienes que pasar por mi blogg porque tienes tarea muy atrasada, de verdad este es uno de los cuentos que mas me ha evocado una epoca de mi vida jajajajajajaja lo que sucede es que de verdad yo era muchisimo mas radical con los "juegos" de carnavales que yo aplicaba, en resumen mis "bombitas de agua" tenian era amoniaco y cloro...un beso y excelente todo.

Chapellina dijo...

Hola Manikita, siempre es grato volver a leerte. Oye, que terribles eran esas putas ja, jajaaaaaa

:-)

nickjoel dijo...

estos cuentos de carrasco son cada vez mejores.... me ha encantado, recuerdo tanto un burdel que habia aca en merida en la av. 2 lora, era de puras viejas y siempre que pasaba por alli, me quedaba observando el punto en que la miseria humana tiene hambre y se iolvida la verguenza.... genial.... malas las condenadas, jejejeje...
por otro lado adoro Criminal de Fiona, una de sus mejores cancion....
besos querida
dios te bendiga

Maguita dijo...

Hola Amiga. Gracas por permitrnos rememorar tan espectaculares y particulares cuents, los cuales leemos y dejamos en el olvido por la rituna diaria... yo tratando de aportar algo, tambien he colocado algunas sinopsis de textos en mi pagina.
Un enorme beso y gracias por brindarnos tan hermosa pagina mi niña...espero verlas pronto...
Bendiciones a mi princesa.
Magglys

Ricardo J. Román dijo...

Que bueno es venir aquí y leerte. Me esta gustando y acostumbrando leer tus post largos. Son entretenidos.

Un abrazo.

Unknown dijo...

Iliana bonita, perdona mi prolongada ausencia, pero que sepas que no te olvido... Me has sorprendido con estas narraciones, con esta serie de los cuentos de Carrasco, una delicia de narraciones... me han encantado y seguiré leyendo las que traigas. Un beso, Manikita bella,
V.

Sandum dijo...

Esta serie cada vez se pone mejor!!! Carnaval en los pueblos es un horror, creo que esta es una de las descripciones mas acertadas, creeme yo vivo en uno.. Saludos!

Love dijo...

Gracias por culturizarme amiga! jejeje no habia leido ni uno aunque creo que habia escuchado hablar de ellos :) Interesantes!


Besos!!!

Unknown dijo...

y quedaron girando algunas máscaras. moribundas.
y el mismo día. el mismo viaje. el mismo carnaval de siempre.
por suerte. empiezan. y terminan.
hasta otra vuelta.
saludos.
Ari
(te enlazo)

Alejandro Pravia dijo...

Que carnavales mi santa! O_O xD
Estos relatos están finos! me gustan un montón!
Besos pa' ti :D