miércoles, 29 de agosto de 2007

FACTOR PERVERSIDAD


Pienso que esto del programa educativo gubernamental “Moral y Luces”, distinguido como el Tercer Motor Constituyente, se ha subestimado, pues es más interesante de lo que parece.
Según leí en la página web del Ministerio del Poder Popular para la Educación, su misión es “detener de manera firme el proceso de descomposición social que ha padecido Venezuela, a raíz de la falta de un sistema de educación cívico y humanista que hubiese llevado a tener un modelo de sociedad en el cual tuviese prioridad la calidad de vida de los ciudadanos por encima de criterios mercantilistas”.
Bueno, dejando a un lado todo esto de la retórica política…No se pueden ni deben confundir las cosas… algo es la modernidad, el rompimiento de prejuicios y tabúes sin fundamentos, otra es el irrespeto por lo que nuestros semejantes poseen en recompensa a su esfuerzo, deseo o creencia; otra cosa es desestimar, con actitud, comportamiento e ideas, las pautas que comprobadamente fueron creadas para el bien común, para la justicia.
Pasamos por encima de las personas para dar cumplimiento a nuestros caprichos, el ciudadano promedio se cuida de cometer delitos para no ser castigado por la ley…quiere una camioneta pero no la arrebata, no la roba…ni que fuera loco, en cambio sí se atreve en actitud, comportamiento e idea, y como loco, a saquearle la mujer al amigo o a arrebatarle a su hijo la oportunidad de crecer en el seno de una familia blindada (como diría mi pana Juan), pues no existe pena patente o condena manifiesta, palpable, para esta transgresión. La escena es igual de nociva cuando la jovencita decide involucrarse en un matrimonio hasta liquidarlo para quedarse con el “premio”, o cuando el colega amaneció con ánimos de ganar indulgencias con escapulario ajeno, o cuando el conductor del autobús arremete contra un carro para adelantarlo porque no tenía paciencia ni tiempo para “calarse” la cola al igual que todos.
El factor común de cada historia? La perversidad, la malignidad.
Lo más negativo del caso es que para este malhechor no hay juicio, porque no hay quien se atreva a denunciar, somos testigos silentes, que ni en el anonimato nos atrevemos a revelar la verdad y frenar la tragedia, porque preferimos vacilarnos el espectáculo, es mucho más divertido así.
Pienso que esto de la Moral –y las Luces, que es otra cosa relacionada al conocimiento- es una propuesta que hace falta en nuestra sociedad y que de aplicarse a cabalidad, y que de cumplir los objetivos que aspira, viviríamos mucho mejor. Con menos embarazos precoces, con menos drogadicción, con menos niños abandonados, con menos matrimonios disueltos, menos infelicidad, menos envidia, menos rencor en nuestros corazones.
Seriamos más honestos y respetuosos en las relaciones, sin caer en la adulación o el interés propio, que a veces es lo mismo. Fuésemos francos pero no ofensivos, y evitaríamos la mentira en nombre del amor y creyendo hacer una sacrificada acción de bondad. Viviríamos en libertad, con una conciencia clara y honorable, que nos enorgullezca.
La moral no fue inventada como un deber fastidioso que hay que cumplir como integrante de una sociedad, es una conducta, la conciencia personal que habla por nosotros mismos. He dicho.


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