viernes, 31 de agosto de 2007

BIEN DURITO


Estos últimos dos meses fueron suficientes para derrotar la sensatez que sostuve por casi 20 años, desde que mis inclinaciones musicales demostraron un especial apego por el pop y el rock hispánico, aunque sé que esto no es más que un leve contagio que pasará en menos de 15 días, cuando mis sobrinas regresen a Maracaibo y a Verónica, mi “niñaprincesa”, se le olvide la melodía de “lo último” de Chino y Nacho, sí esa que, cuando la escuche de la boca de mi pequeña de tan sólo 5 años, me hizo hinchar los ojos y balbucear una orden que ni yo misma entendí.
“Tiene ese cuerpo… bien durito… tiene esos muslos… bien durito… mami a ti te gusta… bien durito… ju, ju… enterito”, fueron las palabras que antecedieron la desquiciada expresión en mi rostro, aún cuando tuve claro que mi hija no le dio la connotación que pude darle yo y que estoy segura, quisieron darle los productores de éste, uno de los miles temas que han surgido con la exacerbada tendencia del reggaeton.
El caso es que pese a que inicialmente me sacaba de mis casilla, la explosión hormonal de mis sobrinas cantando a todo pulmón mientras bajamos las escaleras del edificio (con una jauría adolescente –y adulta- de homos asomados hasta el estacionamiento) el bendito coro: “La vecinita tiene antojo, antojo que quiere resolver, el vecinito le echa un ojo, ojo que mira pa comer…, pues confieso que aunque no tan descarada e irreverentemente como las niñas (talvez por inercia) me he sorprendido –atónita y sonrojada- tarareando la continuación de la copla …“La vecinita tiene un gato, gato que mata por cenar, el vecinito que es tan santo, se tira y lo van a degollar…humm!”
Sí, acepto el castigo por haberme entregado a dos estratos culturales inferiores, por haber caído en las manos de un ritmo musical que mi cuerpo no alcanza muy bien a seguir, por divertirme con un sonido de percusión monótona y con letras que lejos están de aportar ilustración y moralidad… yyyyy… ummmmm… además… por haber compradoooo… esteeeeeee… el disco de Calle 13.
Esta bien fusílenme, quienes me han conocido amantes de Soda Stereo, Fito Páez, Aterciopelados, Miranda y todas esas bandas incomprensibles para mis sucesores, pues no pude evitar la inoculación.
Quizá nunca tuve la intención de hacerlo, porque bien me hacía falta infectarme, no del virus musical, me refiero más bien a la energía de la que estas jóvenes –Gilbeanna, Loreanna y Mariana- llenaron mi hogar, que transfundieron a mi hija y que me brindó alegría y arresto por varias semanas…no importa que uno de los canales para transmitir ese carácter haya sido el reggaeton, en este caso bendito sea! y bienvenido a mi vida, “manquesea” por un par de días más.
…Pa´ que se agite dale cafeína, pa´ que engorde dale proteína, pa´ que se calme dale nicotina pa´ que resbale dale vaselina…jajajajajajajaja…máaaaaaaaaaas fiiiiiiiiiiiiiiiiino.


1 comentario:

Chapellina dijo...

Yo mejor sigo con mi campaña: "Alianza Por Un Mundo Libre De Reggaeton" jajaaaaaaaaa aunque nadie se anote. Creo que tendré que aceptarlo. :)